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Autoestima y Deporte

  • Foto del escritor: Mariana Ginsburg
    Mariana Ginsburg
  • 17 jul 2014
  • 2 Min. de lectura

La famosa autoestima tan aclamada por el mundo de los psicólogos, pareciera un superpoder intangible y que te ayudará a lograr todo lo que te propongas en la vida. Pero la realidad es que ni siquiera sabemos qué es porque, en mi opinión no es sólo un concepto aislado, sino una serie de conceptos que se traducen principalmente a conductas.


Si pudiéramos englobarla en un resumen es “hacer el esfuerzo para mantener el bienestar propio a pesar de otros y a pesar de las circunstancias externas ( es seguir haciendo el esfuerzo a pesar del “fracaso” o del “éxito”)” Mi miss de Maestría 2012. Si prestamos atención, no es una valuación donde yo valgo 6 y tú 8. Es un esfuerzo sostenido que va a dar como resultado una síntesis de “buena o mala autoestima”. Para mí y mi pragmatismo en la vida, este esfuerzo da como resultado que te gobiernes a ti mismo (es decir que cumples con lo que te prometes (siempre y cuando seas realista esto que te prometes)).
















Hacer el esfuerzo de estar bien nos brinda mayor sensación de autoconfianza (creer en que somos capaces de cumplir con nuestras expectativas (o al menos hacer el esfuerzo y aprender de nuestros errores al equivocarnos porque somos humanos falibles, no perfectos)).


Para mí, como coach y como terapeuta, el ejercicio constante es una de las señales de una autoestima sana (para quienes ya lo hacen todos los días no importando si llueve, graniza o hay tráfico) y a la vez es una de las formas para construir autoestima, ya que es un reflejo de hacer el esfuerzo y nos conduce al autocontrol y por consecuencia a mayor auto-confianza.


En mi consulta tanto de coaching, como de terapia, encuentro con frecuencia que las personas deprimidas llevan una larga historia de no cumplirse o de ponerse expectativas y metas poco realistas o inalcanzables. No quieras hacer un Ironman en una semana, pero con metas realistas construimos autoestima. Tus metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, realistas y con límite de tiempo. Por ejemplo, salir a caminar 20 minutos lunes, miércoles y sábado durante las próximas dos semanas. Ponerlo en un calendario y marcar los días que lo logramos, así tenemos un sistema que se refuerza porque: logramos metas, generamos confianza en nosotros mismos, bajamos de peso o nos mantenemos (logrando metas a más largo plazo) , secretamos endorfinas y dopamina para un estado de ánimo óptimo, reforzamos razones para alimentarnos mejor o más saludable o más natural, tomar más agua, etc. y nos sentimos mejor en todo sentido.






 
 
 

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