Ni una dieta más
- Mariana Ginsburg
- 6 ene 2014
- 3 Min. de lectura
Como les he platicado, hace muchos años me diagnosticaron con una enfermedad de tiroides que hace a las personas subir de peso fácilmente (muy fácilmente).
Al saber esto y notar la facilidad para acumular grasa que empezó a tener mi cuerpo, me apaniqué y apareció un monstruo antigrasa en mi mente que me aterrorizaba.
Este monstruo me decía “estás gorda” todo el tiempo. Me pesaba obsesivamente, me ponía a dieta, contaba calorías todo el día, hasta que desarrollé una especie de “dieta” para siempre que constaba de frutas, verduras, grasas monosaturadas, huevo, pescado, carne, pollo (hasta ahí íbamos bien) y mucho café, Coca Zero, SPLENDA, yoghurt light, barritas de proteína (era mi comida principal), cereal light, dulces sin azúcar, jamón de pavo, panes “integrales”, polvo del proteína hidrolizada, leche light, queso panela, cottage, entre otras cosas a las que era adicta como las pasitas con chocolate y la cajeta.
Cabe mencionar que SIEMPRE tenía antojos dulces y hambre, que me bajaba el azúcar si no comía al menos 5 veces al día y que el cansancio y otros síntomas tiroideos no se iban jamás. Sólo de ver un carbohidrato engordaba (porque no tenía idea de la mala calidad de comida-que-no-es-comida que estaba creyendo que comía… ) entonces siempre me estaba arrepintiendo de comer. Eso sí, nunca subí mucho de peso porque siempre he hecho ejercicio y “me cuidaba”. Además sufría porque siempre estaba a dieta. No había poder humano que me hiciera disfrutar un helado o un pedazo de chocolate porque siempre me imaginaba cuántas calorías tenía, cuánta grasa, carbohidrato, proteína, etc…
La realidad es que tu mente piensa “estoy a dieta, voy a bajar de peso” pero tu cuerpo no piensa : “Esta mujer está a dieta, hay que darle chance…” Tu cuerpo, al faltarle nutrientes entra en un estado de supervivencia disparado por el hipotálamo y la hipófisis y hace que secretes una serie de hormonas que de hecho ¡¡ENGORDAN!! Si no me crees, googlea “cortisol”. Además el hígado trabaja marchas forzadas tratando de entender qué diablos significa “maltodextrina. ¿Te imaginas? Estar a dieta NO funciona, es insostenible y en cuanto comes “normal (mal)” todo regresa a su lugar.
Por una u otra razón hace tiempo, me topé con IIN, una escuela de Health Coaching y me di cuenta de que lo que yo creía que estaba comiendo ni de broma me hacía bien. Es más, ni de broma era comida. No sólo eso. Si yo quería mantener mi peso tenía que darle comida real a mi cuerpo. Tenía que cambiar todos mis hábitos y tener una alimentación NATURAL. Con el tiempo descubrí que iba mucho más allá del peso. Hay un órgano enfermo en mi cuerpo y hay que curarlo ¿Cómo? Comiendo comida REAL. Pero había que migrar cada una de las cosas que comía. Tirar cada caja de barritas, paletas de Weight Watchers, dejar la Coca- Cola, El Splenda (no había mencionado dejar de fumar), comer 90+ % natural.
Suena demasiado intensivo hacer una cosa así. De hecho para algunos, imposible. Muchos me discuten y critican diciendo que estoy loca (siempre he estado, así que no me preocupa). La realidad es que sí se puede.
Se puede vivir sin culpa, comer natural y no estar a dieta nunca más. Se puede comer así porque el cuerpo sí está diseñado para decodificar lo que significa “betabel” o “lechuga” o “arroz integral” así que cuando NUTRES a tu cuerpo y le das lo que realmente necesita, pasan varias cosas:
Dejas de estar “a dieta”
Comes con gusto siempre
Las cosas reales tienen sabor otra vez (qué dulces son las zanahorias)
No sientes culpa de comerte algo que no entra dentro de lo que comes porque NORMALMENTE comes BIEN
Pierdes peso naturalmente
Tienes energía
Le regresas a tu cuerpo su capacidad para curarse por sí SOLO de cualquier enfermedad (incluyendo cáncer en algunas fases)
Aprendes a escuchar a tu cuerpo y sabes que un antojo es información sobre lo que necesita.
Energéticamente cambian tus estados de alerta a la intuición.
Bueno, después de todo esto, sólo quiero contagiarlos y platicarles que sí se puede. Que no es muy complicado y que no es justo sufrir al comer, así que por eso quería compartirlo.
Si tienes dudas de cómo cambiar tus hábitos, no dudes en preguntarme. Estoy a tu disposición.

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